martes, 8 de marzo de 2016

Odebrecht: De la tecnología empresarial a la tecnología de la corrupción (memorias)


Cuando en 1990 se me confió la traducción de la obra de Norberto Odebrecht, fundador de la grandiosa empresa brasileña de la construcción, titulada “Sobrevivir, crecer y perpetuar”, acepté encantado, intuyendo que a través de sus más de 500 páginas se desprendían los principios filosóficos que no sólo habían sido fundamentales para el desarrollo ético de este gigante empresarial sino que también constituirían un ejemplo para América Latina sobre la base de esta nueva concepción organizacional que, un grupo de brasileños ambiciosos, inteligentes y pujantes, habían concordado en denominar como una tecnología empresarial (1).


Obra "Sobrevivir, crecer y perpetuar" de Norberto Odebrecht


Contracarátula de la obra "Sobrevivir, crecer y perpetuar"

Los orígenes de la empresa Odebrecht

En Salvador, Bahia, el joven ingeniero Norberto Odebrecht crea la empresa que le da origen a la Organización Odebrecht. Desde su fundación, había una idea simple, que hasta hoy se encuentra en la base de la filosofía de la Organización: identificar, integrar y desarrollar jóvenes con talento y predisposición para la práctica empresarial. (Odebrecht.com)



Joven Norberto Odebrecht

El ADN de la Organización se remonta al año 1856, fecha de la llegada de Emil Odebrecht a Brasil. Siguiendo el flujo de la inmigración germánica en el país, el ingeniero alemán se estableció en el Valle de Itajaí, en Santa Catarina. Casado con Bertha Brichels, tuvo 15 hijos. Uno de sus nietos, Emilio Odebrecht, padre de Norberto, se encaminaría hacia el sector de la Construcción Civil y comprobaría la vocación emprendedora de la familia Odebrecht. (Odebrecht.com)

La constructora Isaac Gondim e Odebrecht Ltda. fue la primera empresa de Emílio Odebrecht. En 1923, crearía Emílio Odebrecht & Cia., responsable de varias edificaciones en el período entre guerras, en el nordeste brasileño. (Odebrecht.com)

Con el inicio de la 2.ª Guerra Mundial, los materiales de construcción provenientes de Europa se volvieron caros y escasos, lo que provocó una crisis en el sector. Emílio se retiró de los negocios y en 1941, su hijo Norberto lo reemplazó. (Odebrecht.com)

Desde 1945 a 1949, Norberto Odebrecht, realiza obras en Salvador y en el interior de Bahia y comienza a construir una marca que se diferencia en calidad e innovación. Entre los proyectos, se encontraban el Círculo Operario (1946), el Astillero Fluvial de Ilha do Fogo (1947), el muelle y el puente de atraque en Canavieiras (1948). (Odebrecht.com)

La innovación constructiva, la planificación y la productividad permitieron la conclusión del Edificio Belo Horizonte en siete meses, cuando el promedio era entonces de tres años. (Odebrecht.com)


Edificio sede de Petrobrás

En 1954, la empresa original de la Organización se convierte en sociedad anónima y pasa a denominarse Construtora Norberto Odebrecht S.A. (CNO), y, desde ahí en adelante se inicia el despegue de esta organización rebasando no solo los límites de su país de origen para convertirse en una grandiosa transnacional sino también iniciando una diversificación de servicios que logran colocar a esta empresa entre las primeras del mundo.


Los principios filosóficos de Odebrecht

El gigante brasileño, en el transcurso de su creciente e imparable desarrollo empresarial ­-aunando la experiencia de su fundador, don Norberto Odebrecht- fue desarrollando un conjunto de creencias y valores que comenzó a llamar Tecnología Empresarial. Norberto Odebrecht (1990:II) entendía por ésta “el arte específico de que se vale el empresario para coordinar el trabajo de las Personas, dirigiéndolas para que produzcan las riquezas morales y materiales indispensables para la supervivencia, el crecimiento y la perpetuación de nuestra especie”.

En el prefacio de la primera edición en español, Norberto Odebrecht (1990:XIII) escribe:

“En todas las fábricas, plataformas y obras en que operamos hay un EMPRESARIO identificado con las Concepciones Filosóficas de la Organización, quien, además, es totalmente responsable del éxito de las relaciones con SUS clientes, Proveedores, Colaboradores y Autoridades Gubernamentales.
“Lo mismo ocurre en cada país donde nos instalamos. Existe una Persona que, liderando a otras Personas, es responsable del éxito de nuestros negocios, de la integración de nuestra Organización y la suya propia a la vida económica y social de la comunidad que ha escogido para trabajar y vivir con su familia.
“La integración tiene como base fundamental la comunicación. Para que esta se lleve a cabo, es necesario que se hable el mismo idioma.
“Por esta razón decidimos traducir el libro "Sobreviver, Crescer e Perpetuar" al español, idioma de los Clientes que servimos en muchos países en donde actuamos y también de los Integrantes de la Organización en estos mismos países.
“Esta obra abarca la cuestión del PODER DE SERVIR y, del comienzo al fin, la ÉTICA EMPRESARIAL es su tema dominante.
“El empresario trabaja permanentemente con GRANDEZAS MATERIALES: bienes, servicios, plazos y costos, que forman parte de su labor cotidiana.
“Empero, dichas grandezas materiales se derivan de algo que las antecede y las determina. Son las GRANDEZAS MORALES que conducen no solo las relaciones internas sino también las relaciones entre el Empresario, el Cliente, el Accionista, los Proveedores y el Gobierno.
“Sólo después que se han establecido relaciones correctas entre esos agentes económicos podremos lograr la producción de las RIQUEZAS MATERIALES -que el Cliente desea y necesita- y de los RESULTADOS que beneficiarán a los demás, de acuerdo con la participación de cada uno en el esfuerzo productivo”.

Pero, ¿cuál es esa filosofía empresarial que el fundador de Odebrecht y su organización fueron aquilatado a través de su experiencia tanto personal como organizacional? En la obra Sobrevivir, crecer y perpetuar. Tecnología Empresarial Odebrecht ésta corre desde la página veintisiete hasta la ciento setenta y cuatro.  Debido que está protegida por el derecho de autor, me limitaré a mencionar la versión -muy resumida- que se puede leer públicamente en su página web:

Principios fundamentales

Los Principios Fundamentales de la TEO establecen los valores culturales y éticos que deben regir los Negocios en Odebrecht:
  • Confianza en las Personas, en su capacidad y deseo de evolucionar;
  • Satisfacción del Cliente, atendiéndolo con énfasis en la calidad, productividad y responsabilidad socioambiental;
  • Retorno a los Accionistas y valorización de su patrimonio;
  • Asociación entre los Integrantes, que participan en la concepción y realización del trabajo, y en los resultados que generan;
  • Autodesarrollo de las Personas, sobre todo por medio de la Educación por el Trabajo, asegurando la Supervivencia, el Crecimiento y la Perpetuidad de la Organización;
  • Reinversión de los Resultados, para la creación de nuevas oportunidades de trabajo y para el desarrollo de las comunidades.

Todos los Integrantes de la Organización deben actuar en alineación con esos principios, que componen la esencia del Patrimonio Intangible de los Accionistas. Estas referencias culturales y éticas, sin embargo, no deben reprimir la iniciativa y la creatividad del profesional. Por el contrario, se destinan a potenciar la capacidad individual en su actuación.

Conceptos esenciales

Los Conceptos Esenciales de la TEO garantizan la eficacia y la claridad en la interacción entre Líderes y Liderados. Sumados a los Principios Fundamentales, establecen un lenguaje común entre los Integrantes, formando el Sistema de Comunicación de Odebrecht.
  • La descentralización favorece el contacto permanente y directo del Integrante con el Cliente y, por consiguiente, la clara percepción de sus necesidades. Es importante también en la identificación y atracción de los nuevos Empresarios;
  • La práctica de la confianza es la delegación planificada. Los líderes deben estar seguros en cuanto a la rectitud de carácter de los Integrantes y creer en el potencial del profesional, en su competencia y voluntad de desarrollarse, además de su alineación con las Concepciones Filosóficas de la Organización;
  • La Tarea Empresarial consiste en la identificación, conquista y satisfacción del Cliente un proceso continuo y eficiente que garantiza el éxito en los desafíos;
  • Los resultados deben siempre fluir de los Clientes a los Accionistas, pues la valorización de su Patrimonio Moral y Material es la principal garantía de Supervivencia, Crecimiento y Perpetuidad de la Organización.

Criterios generales

Hay ocho Criterios Generales que influencian el modo de pensar y actuar de los Integrantes:
  • El Ser Humano es la medida de todos los valores en la Organización;
  • El Empresario debe dominar su Negocio para satisfacer simultáneamente al Cliente y al Accionista;
  • La Educación por el Trabajo es indisociable de la Tarea Empresarial;
  • Los que prestan apoyo a los Responsables de los Negocios deben estar siempre orientados a las oportunidades y a los mejores resultados;
  • El profesional tiene el derecho de compartir los resultados que directamente contribuye a generar y que puedan ser medidos, facturados y pagados por el Cliente;
  • El Empresario debe estar siempre abierto para reconocer y listo para corregir rápidamente sus errores;
  • La imagen que importa y hace la diferencia es aquella construida junto a la Comunidad, en base a la satisfacción de cada Cliente y al compromiso con el bienestar de todos;
  • Los Líderes tienen el deber de promover su propia salud y la de cada uno de sus Liderados, así como la seguridad de las operaciones, la calidad de vida y la conservación ambiental en las Comunidades en las que actúan.

Responsabilidad empresarial

El Integrante cumple su Responsabilidad Empresarial por medio del trabajo con calidad y productividad. Para tal fin, necesitamos:
  • Satisfacer las necesidades de los Clientes, con productos y servicios que resulten en la mejoría de la calidad de vida en las comunidades;
  • Contribuir al desarrollo socioeconómico, tecnológico y empresarial en los sectores y países donde actúa;
  • Crear oportunidades de trabajo y de desarrollo para las Personas, incluso reinvirtiendo los resultados obtenidos;
  • Generar riquezas para el Gobierno y para la sociedad, por medio de la recaudación de impuestos y encargos y de la remuneración a los Proveedores, Integrantes y Accionistas;
  • Asegurar el permanente respeto al medio ambiente en las acciones empresariales.

Como se puede apreciar, ¡toda una revolución ética y moral en el campo empresarial!


De una tecnología empresarial a una tecnología de la corrupción

Ayer, 8 de marzo, los diarios del mundo anunciaron que el ejecutivo brasilero Marcelo Odebrecht, expresidente de la constructora Odebrecht, fue condenado a 19 años y 4 meses de prisión por el escándalo de corrupción de Petrobras. El empresario recibió esta sentencia judicial dictada en primera instancia por el juez federal Sergio Moro, ante la que cabe recurso por parte de la defensa, por los delitos de corrupción pasiva, lavado de dinero y asociación para delinquir. De acuerdo con el auto de Moro, en uno de los varios sobornos contemplados por la Justicia, la compañía Odebrecht entregó entre marzo de 2010 y agosto de 2011 poco más de 4.4 millones de dólares y 1.9 millones de francos suizos (unos 1.92 millones de dólares) a directivos de la petrolera.
  
Edificio de la sede de Odebrecht en Brasil

Pero, qué pasó con el gigante brasileño del que una vez The Economist llegó a decir:

“En muchos sentidos, Odebrecht, el mayor conglomerado de construcción de América Latina, es un modelo de negocio progresivo, moderno y bien dirigido. Tiene una fuerte cultura interna que hace hincapié en la capacitación, la meritocracia y la toma de decisiones descentralizada. Fue pionera entre las empresas brasileñas en volverse global, y ahora recauda cerca de la mitad de sus ingresos en el extranjero.
“Sus logros han ganado elogios por todos lados. En el 2010, IMD, una escuela de negocios suiza, la nombró mejor empresa familiar del mundo. El año pasado McKinsey, una consultora estadounidense, publicó una entrevista muy halagadora con el presidente Emílio Odebrecht, que llevaba el encabezado: “Los principios y valores han ayudado a prosperar a este conglomerado familiar brasileño”.
“Los impulsores de Odebrecht seguramente se estarán lamentando por sus palabras de elogio, sobre todo lo de principios y valores, ya que la empresa ha quedado envuelta en un enorme escándalo de corrupción que se cierne sobre Brasil”.

De acuerdo con las investigaciones fiscales una “banda” de la empresa Odebrecht canalizó dinero a los políticos del Partido de los Trabajadores de Rousseff y sus aliados de la coalición. Marcelo Odebrecht -el hijo de Emilio- ha sido acusado de corrupción y lavado de dinero. La empresa, además, también es acusada de salpicar su actividad corruptora a quien, hasta hace poco, era un líder del socialismo y de los sindicatos no solo en Brasil sino también en América Latina: Luiz Ináco Lula da Silva, antecesor de Rousseff.


¿Está el capitalismo volviéndose un dogma, como el socialismo de antaño?

Entre los muchos defectos que los detractores del socialismo enarbolaron en la cruda lucha de la guerra fría estaba el carácter dogmático, fanático y hasta casi religioso de sus ideas y programas.

El socialismo duro, el socialismo de la cortina de hierro, el socialismo marxista, que fue parte de la historia de una parte de Europa, Asia y América Latina (Cuba), en las décadas del 50 al 90 del siglo pasado, llegó a ser una religión: el objeto de culto era la personalidad de los líderes (autócratas vitalicios); la doctrina, la ideología marxista-leninista-maoísta; el dogma de fe, los escritos de los ideólogos; el campo de acción, dominar a todo el mundo; el pecado, dudar de la ideología y de los ideólogos del estado socialista. (2)

Algo muy similar está ocurriendo en muchas organizaciones capitalistas privadas, sobre todo en las empresas de índole familiar. Se dice que en Odebrecht, los empleados, conocidos como “estudiantes” o "integrantes", deben estudiar los cinco libros de Norberto, y rinden una prueba sobre sus enseñanzas. En sus primeros años en la organización, el aprendizaje de los valores corporativos es la base para seguir ascendiendo en la escala empresarial. Se conoce de la existencia de un grupo cerrado de Facebook llamado Odebrecht United que cuenta con más de 17 mil miembros, en su mayoría empleados de la organización. “Sus elogios para la empresa -dice The  Economist­- no tienen límites: ‘¡Todos somos una familia, todos somos Odebrecht!’”

En nuestro medio no podemos dejar de mirar al emporio educativo de César Acuña a través de la Universidad César Vallejo (UCV). Este proyecto educacional que ahora cuenta con más de 17 mil alumnos repartidos en distintas áreas de nuestro país tuvo inicios muy humildes: una academia de preparación para el ingreso a la universidad. Aunque no se le reconoce ninguna filosofía empresarial, sí se puede constatar un culto a la personalidad de su fundador (rector-fundador o presidente-fundador). El retrato de César Acuña está en todos los ambientes administrativos de las once sedes que tiene a nivel nacional, y su palabra (la mayor de las veces ininteligible), es aceptada sin mayores dudas ni murmuraciones. En los primeros años de existencia, la UCV, supo ganarse el aprecio y la preferencia de miles de jóvenes que, en edad de seguir una carrera universitaria, no lograban alcanzar alguna de las limitadas vacantes que ofrece el sistema universitario público. El staff de docentes estuvo conformado por los mejores catedráticos de las universidades nacionales que –gracias a los buenos honorarios ofrecidos por la UCV- no dudaron, algunos, en emigrar a tiempo completo, y otros, en compartir sus conocimientos con los vallejianos, a tiempo parcial. Así, la UCV se fue ganando un prestigio y su rector-fundador, César Acuña, también. De ahí, el salto a la política estaba muy cerca, como que así sucedió. El resto ya es historia: la UCV dejó de ser la universidad que servía a la comunidad y pasó a ser un instrumento al servicio de las aspiraciones políticas de su presidente-fundador. A través de 25 años, la UCV y su cúpula dirigencial -constituida por los hermanos, esposa e hijos de César Acuña- fue tejiendo una red de subordinaciones basadas en los nexos con la universidad y con los cargos políticos que llegaron a ostentar a cualquier precio.


César Acuña, fundador del emporio universitario UCV

Vemos, pues, que cuando los de izquierda y los de derecha se ensartan en absurdas peleas tratando de establecer quién es más -o menos- dogmático, la balanza no se inclina para ningún lado: la historia demuestra que tanto en el socialismo como en el capitalismo, el comienzo del fin arranca cuando se pasa de la objetividad al fanatismo, y de éste a la corrupción. La corrupción es el común denominador de la fase de decadencia de ambos sistemas económico-políticos.


Epílogo

¿Qué hacer frente a este estado de cosas? En el socialismo, durante los setenta años que este sojuzgó a millones de personas, el pueblo nunca llegó a creer que ese era su destino final. La cárcel, la tortura, el copamiento de todos los poderes públicos y de los medios de comunicación y de expresión no pudieron tapar lo que era evidente: la corrupción del sistema político y, sobre todo, de sus políticos. El pueblo comenzó a expresarse –aunque en voz baja- por otros canales: en el mercado, en los cines, en las plazas, en el estadio… Una toma de conciencia fue madurando en la sociedad al tiempo que, en el mundo exterior, también maduraban las condiciones que harían posible la liberación del sistema totalitario.

Nuestras pseudomocracias latinoamericanas también estamos viviendo lo que vivieron las naciones europeas tras la cortina de hierro de las décadas del 50 al 80 del siglo pasado. El sistema económico-político latinoamericano ya no da para más. La corrupción tanto del aparato privado como del aparato estatal mantienen sumidas en la pobreza material y moral a millones de latinoamericanos. Si la supervivencia aún es posible es porque todavía existe una reserva de trabajo, honor y amor en el pueblo, el que -en cuerda separada-, lucha día a día por su economía popular/familiar con creatividad y sacrificio. Tampoco creemos que este es nuestro destino final. La lucha contra las fuerzas del statu quo dominante y corrupto será dura y hasta sangrienta.  Frente al desánimo que provoca una lucha estéril contra un sistema económico-político que ha capturado el estado y sus organismos de protección y supervisión, solo queda la capacidad de organización del pueblo, convocando a los mejores ciudadanos, que hayan dado muestras de honestidad, capacidad y compromiso.

Ni el socialismo ni el capitalismo han demostrado capacidad para garantizar el bienestar de la sociedad. Lo que sí lo garantiza es la capacidad que podamos tener para organizarnos en torno a un programa que convoque a la unidad y a la lucha frontal contra la delincuencia común y política para crear una nueva economía fundada en la meritocracia, la justa distribución de la riqueza y en la participación ciudadana a través de formas originales de democracia directa. Necesitamos empresas de nuevo tipo en un estado de nuevo tipo.



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(1) Tecnología Empresarial Odebrecht (TEO)
(2) Recomiendo la lectura del ensayo titulado “El capitalismo como religión
     de Walter Benjamin Gesammelte Schriften


Fuentes:



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